Sevilla, cuatro semanas de pura danza. 21/12/2011 | Noelia Salcedo

Esta crónica, elaborada por Noelia Salcedo dentro del Taller Palabras en Movimiento desarrollado en el marco de la edición 18 del MES DE DANZA, ha sido seleccionada para ser publicada en la revista especializada en danza SusyQ.

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El pasado noviembre se dio terminada una nueva edición del Mes de Danza sevillano. De su amplia oferta cabría destacar dos presencias, una balcánica, los griegos de Oktana Dance Theater, y una local, la nueva producción de Teresa Navarrete.

El Mes de Danza de Sevilla llegaba a su fin el pasado día 20 de noviembre. Esta tradicional cita con la danza en la capital hispalense ha acogido numerosos espectáculos de danza de distintas partes del mundo en diversos puntos de la ciudad. De su oferta este año cabría destacar dos presencias, la de los griegos de Okatana Dance Theater y la de Teresa Navarrete, creadora andaluza que estrenaba su nueva producción Dos maneras de encontrarse.

Como dos renacuajos aprendiendo a ser libres. Así se pasaron los casi 60 minutos de actuación los dos bailarines de Oktana Dance Theatre. La compañía del griego Konstantinos Rigos presentaba de este modo el espectáculo Dressed-Undressed, una oda al enclaustramiento dentro y fuera de nuestras ropas y nuestra piel, que destacó en el ciclo de Creación Coreográfica de Los Balcanes, de este Mes de Danza de Sevilla. Tasos Karachalios y Yannis Nikoladis son los únicos protagonistas de esta obra que va creciendo al mismo ritmo al que ellos se retuercen desde el suelo. Son seres que llegan a la vida con el lastre de sus deslumbrantes ropas de tonos dorados y plateados. Juntos aprenden a vivir con la claustrofobia de la sociedad que les oprime dentro de la piel. El público es testigo de cómo dos hombres se enfrentan a la realidad y a sí mismos. Son hermanos, y uno al otro se enseñan a caminar, cojean juntos, tropiezan dramáticamente en espirales de buen gusto. Los dos hombres son animales a dos piernas. El instinto y la fuerza les hace dejarse llevar por la pasión. No hay música que les acompañe más que en el momento de la conversión. El resto es una sinfonía de voces y quejidos y una palmera proyectada que ondea al viento.

 

Romper el hielo

En todo primer encuentro ha de romperse el hielo de alguna manera, y Teresa Navarrete lo hizo con una risa. Una risa lo suficientemente tímida e inocente como para conducirnos a un viaje de acercamiento mutuo. En Otra manera de encontrarse, su compañía da el mejor fruto de la convergencia entre distintas artes: la danza, la música y el teatro, que dan forma a una puesta en escena de encuentros sin desavenencias entre movimiento, texto y melodía nada fortuitos, sino precisos. Aproximaciones en 50 minutos en las que hay tiempo para todo. Cada manera de encontrarse es un destello de interacción. Los acercamientos entre la bailarina y coreógrafa y el actor de teatro físico Nando Pérez son, a ojos del espectador, retales de relaciones inacabadas e incompletas, de las que necesitan madurar pero que se funden en brazos del ritmo y los acordes bien medidos del músico y compositor Miguel Marín.

Por lo demás, el festival de danza sevillano se inició el pasado 28 de octubre con Del Estado Natural, un díptico conformado por un espectáculo y una instalación, de Victor Zambrana, en el Monasterio de la Cartuja. Su espectáculo daba paso a tres días completos del ciclo Danza en Espacios Singulares, donde se pudo disfrutar de las destrezas de Ertza y Asier Zabaleta, el israelí Arkadi Zaides o la cubana Maura Morales. Los bailarines llenaban ubicaciones públicas de la ciudad bajo la mirada atenta del público. Tras este primer contacto el movimiento se desplazaba a los teatros. Mención especial al ciclo Creación Coreográfica en Los Balcanes, donde destacaron, además de Oktana, las compañías Dance Studio Zodijak y Kire Miladinoski, de Macedonia, y Paul Dunca, de Rumanía.